miércoles, 22 de julio de 2009

Todos los días son sábado

Hace meses estuve planeando mi año sabático y por fin, desde hace un tiempo, estoy desempleada. Parece irreal poder dormir todos los días hasta la hora que quiero, no diferenciar un sábado de un lunes, estar en pijama a media mañana acurrucada en la cama de mis papás viendo tele... esto sí es vida!

Aunque mis papás han recibido con mucha alegría la idea de que este más tiempo en la casa, no todo es felicidad en el paraíso.

  • Ahora mis papás esperan que haga mi cama y arregle mi cuarto: puede sonar a nada para la gente que trabaja 48 horas o más a la semana, pero mientras menos obligaciones tienes, más te cuesta cumplir con las más pequeñas tareas.
  • En lugar de llevarme el desayuno a la cama como siempre lo habían hecho, ahora quieren que baje a las 6:00a.m. para tomarlo en familia. Ya no les da pena que tenga sueño ni que descanse menos, porque saben que descanso de más a diario.
  • Me obligan a comer menestras y verduras. Sí, es cierto. Hace ya bastante tiempo que cuando cocinaban algo que no me gustaba, me preguntaban qué quería que me preparen . Ya no más. Oficialmente me he vuelto 10 años menor.

En contra parte, cuando hago berrinche, me hacen caso y me engríen más. Oh sí!