Caminar

Hoy te fui a recoger al trabajo como habíamos quedado. Me encanta regresarme contigo caminando hasta mi casa. Me encanta que en tu trabajo me reconozcan como tu novia, que el portero me invite a pasar, y te avise que llegué por el intercomunicador. Y es tan amable que me da pena decirle que ya hablamos por celular y que ya sabes que estoy abajo. Me encanta nuestra ruta de siempre. Me encanta como nos hacemos bromas y nos reímos de todo, de nuestras burlas y tonterías del día, nuestros chistes privados, y conversamos entretenidísimos y felices todo el camino de más de una hora. Me encantó ir a hacer compras contigo al supermercado. Después te sentaste en la cocina de mi casa a revisar tus diseños y a hacer apuntes, mientras yo te preparaba la cena. Cuando te serví tu comida, pusiste a un lado tus papeles y me sonreíste y en ese momento te vi tan esposito, nos vi como la pareja perfecta, los recién casados. Es tan lindo tener un día tan adulto y tan niño, tan lleno de juegos y de rutina. Esa rutina tan impopular para muchos, y tan llena de paz y satisfacciones para mí y que tú también buscas. Un matrimonio de antes, de esos que nunca terminan, como el de mis padres o los tuyos, esos valores empolvados y olvidados. Hoy fui feliz y creo que tú también. Hoy te preparé la cena, me reí, conversé de todo, soñé a tu lado y caminé por las calles más lindas de Lima.